jueves, 18 de marzo de 2010

adivina que es

Tranquilidad,
De repente ilumina tus ojos una fina blanquecina línea lejana.
No sabes de done ha salido, le das unas cuantas vueltas (las justas)
la mides, intuyes su procedencia
y finalmente acabas aceptando una locación no muy precisa
tampoco es que te importe tanto su origen...
Luego se produce LA explosión.
Cuando la luz se desintegra en mil pedazos,
escuchas un molesto y ensordecedor "boom"
sin el cual tu corazón ya no sabe palpitar,
como en una mascletá, lo odias y al mismo tiempo no puedes seguir sin el
porque la paz y la comodidad no es lo tuyo, dices (ingenua).
Los pedacitos se van haciendo más y más pequeños.
Los sigues estupefacto o pasivo (como tú prefieras, amor)
hasta que se vuelven negrura.
Negro, mucho negro.
Silencio de nuevo.
No pienso asistir a otro castillo de fuego
a no ser que sea con los ojos vendados y los oídos entaponados,
para así poder sentir todo o nada.
Difícil, no?
Me gasta, NO! me agota
además me produce caspa,
no, me niego.

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